domingo, 20 de octubre de 2013

ESCRIBIR

"13.15. Todos los tripulantes de los compartimientos sexto, séptimo y octavo pasaron al noveno. Hay 23 personas aquí. Tomamos esta decisión como consecuencia del accidente. Ninguno de nosotros puede subir a la superficie. Escribo a ciegas".

Estas palabras, escritas por un oficial del Kursk* en un pedazo de papel, tienen la turbadora exactitud que pedimos a un texto literario. El autor está rodeado de bocas que exhalan un pánico que ni siquiera nombra. Él mismo debe de encontrarse al borde de la desesperación, pero no tiene tiempo ni papel para recrearse en la suerte. Ha de hacer, pues, una selección rigurosa de los materiales narrativos, y el resultado es esa obra maestra en la que, sin embargo, sólo cuenta aquello a lo que se puede asignar un número: la hora y la cantidad de hombres. En situaciones extremas, la literatura sale a presión, como por la grieta de una tubería reventada. El documento del oficial del Kursk es bueno porque es necesario. Mientras la muerte trepaba por sus piernas, ese hombre se entregó con fría vehemencia a la literatura. Y de qué modo.

Naturalmente, lo que no dice ocupa más de lo que dice, pero lo ausente ha de aportarlo el lector, que es tan responsable de lo que lee como el escritor de lo que escribe. Sería absurdo comenzar una novela afirmando de un frutero que es bípedo. El lector tiene la obligación de saber que lo fruteros son bípedos y que están dotados de cuatro extremidades con cinco dedos en cada una de ellas. Sin estos sobreentendidos primordiales, la escritura resultaría imposible.

Lo curioso es que un billete con cuatro líneas aparecido en el bolsillo de un cadáver responda de súbito a la vieja pregunta de para qué sirve la literatura. Sirve para contarlo. Todos aquellos que aspiran a escribir deberían recitar el texto del Kursk como una oración. Ser escritor, al menos cierto tipo de escritor, significa vivir rodeado de pánico percibiendo a tu alrededor bultos que pasan de un compartimiento a otro con los calcetines mojados. Y tú eres uno de esos bultos: aquel que, por encima o por debajo del miedo, está poseído por la necesidad de contarlo, aunque las posibilidades de que alguien lo lea sean muy escasas. Escribo a ciegas.
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* El K-141 Kursk fue un submarino nuclear de la armada rusa que, debido a un accidente, naufragó en el mar de Barents, el 12 de agosto de 2000. Pese a los intentos de rescate realizados por equipos británicos y noruegos, todos los marineros y oficiales a bordo del Kursk fallecieron.

(Juan José Millás: Articuentos completos.
Seix Barral, Barcelona, 2011)

3 comentarios:

  1. COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO "ESCRIBIR", DE J. J. MILLÁS

    Las afirmaciones del autor me parecen consistentes; la escritura es necesidad, desahogo, libertad a la hora de expresar algo que nos da miedo nombrar. Un escritor mira a través del pánico y ve, y expresa con palabras el caos, la barbarie. Ser escritor es poseer una furia calmada, escribirlo todo y no decir tanto. Un escritor respira inspiración y la suelta donde y como sea; no calla, no responde ante nada, sólo piensa, opina, siente, y todo lo escribe. Ante todo, siente pasión por lo que escribe.

    Millás se describe a sí mismo en su definición de escritor, se considera escritor, dice que escribe a ciegas... Yo diría que sí se corresponde con la definición, o quizá que es un poco narcisista al tenerse a sí mismo como modelo del escritor perfecto.

    Escribir a ciegas significa que le da igual si alguien lee o no lo que ha escrito; se lo ha contado a un papel, ha dado palabras a su pánico y eso le basta. No necesita que nadie lea su nota (en el caso del oficial del Kursk) o su "articuento" (en el caso de Millás).

    Millás se ha sentido identificado con esa nota del Kursk y ha querido escribirlo, le ha servido de inspiración. Esas palabras escuetas, esos números, le han conmovido, igual que a mí. Escribo a ciegas.

    Ana Moreno Ayala (1ºBACH-B)

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  2. COMENTARIO CRÍTICO

    Como bien ha dicho Juan José Millás, escribir es una manera de expresar lo que se lleva dentro o incluso, como sucedió en el Kursk, contar la situación que una persona está viviendo incluso en un momento desesperado.

    Para mí, un buen escritor debe ser una persona que tenga una sensibilidad especial a la hora de ver el mundo, que se exprese con claridad y que, a la hora de escribir, se sumerja en su historia y se deje llevar por lo que siente. También creo que debe ser una persona capaz de crear belleza a través de palabras y que tenga algo que le caracterice y le diferencie de los demás.

    El texto usa las frase "Escribo a ciegas" y creo que eso también debe tenerlo en cuenta un buen escritor, ya que cualquier persona puede leer lo que escribes, puede que casi nadie lo lea o puede que lo lean personas que ni siquiera puedes imaginar que existan.

    Patricia Jiménez (1ºBACH-A)

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  3. COMENTARIO CRÍTICO SOBRE "ESCRIBIR"

    Impacta ver el escrito de una persona que, al borde de la muerte, convirtió todo ese pánico que sentía en necesidad de escribir y contarlo.

    Lo más llamativo para mí es la expresión "escribo a ciegas", que quiere decir que no le importa si en un futuro este simple escrito lo lee alguien o no; lo único importante para él es saber que lo ha escrito y ahogar esa necesidad.

    Estoy de acuerdo con J.J Millás respecto a que ese fragmento es una gran obra literaria, ya que transmite mucha tensión e impacta al lector. No obstante, pienso que la necesidad extrema de contar algo no nace, necesariamente, del miedo y el pánico es las venas. Tampoco la desesperación garantiza que lo que cuentes vaya a ser una gran obra literaria. Creo que lo primordial es tener inspiración e imaginación, ser perseverante y dejarse llevar por la escritura en cualquier situación.

    Zineb Alkalii (1ºBACH-A)

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